viernes, 17 de junio de 2011

Tobeña:"Los psicofármacos siguen sin tener buena prensa"

 

Tobeña: "Los psicofármacos siguen sin tener buena prensa"

Muchas psicoterapias, el psicoanálisis y el placebo tienen la misma eficacia, lo que no significa que no sean útiles, según ha explicado Adolf Tobena, catedrático de Psiquiatría de la Autónoma de Barcelona, sobre su libro Píndoles o Freud.


Adolf Tobeña es catedrático de Psiquiatría en la Universidad Autónoma de Barcelona, donde dirige el departamento de Psiquiatría y Medicina Legal. Es autor del libro Píndoles o Freud (Píldoras o Freud), publicado en catalán por Columna Edicions, en el que compara la eficacia de las terapias conversacionales con la farmacología en los trastornos psiquiátricos y los problemas adaptativos. Ha dirigido programas radiofónicos de debate científico y ha colaborado en diversos medios, aunque reconoce que la divulgación científica le interesa más bien poco.
Libros publicados, presencia en los medios… ¿dice que no le interesa la divulgación científica?
-Más bien poco o tirando a nada. Me apasiona discutir la frontera del conocimiento que puedo entender. Eso es lo que ha guiado mis incursiones ensayísticas. Y como la neurociencia y la psiquiatría aportan elementos relevantes para la comprensión de la conducta humana, de ahí la reiteración. Hace años que no he escrito ningún libro de divulgación ni colaboro ya en los medios.
  • Los psicofármacos se prescriben como colchón adaptativo de partida, para facilitar los procesos de indagación y resolución psicoanalítica
Presenta a Freud y el psicoanálisis casi como el paradigma de la inutilidad de las psicoterapias.
-No, no, jamás hablo de inutilidad. Al contrario: el libro reúne datos que confirman la capacidad sanadora de muchas terapias psicológicas, y el psicoanálisis entre ellas. Lo que ocurre es que no hay datos firmes que las sitúen por encima de placebo, salvo excepciones.
Decir que no mejoran la eficacia del placebo no es hacerles gran publicidad.
-Es así. Comparadas con el placebo médico exigente y bien montado, todas las terapias de inspiración psicoanalítica, las breves e intensivas o las dilatadas y exhaustivas, se dan de bruces contra el muro de eficacia del placebo. Hay que tener en cuenta que los placebos pueden remediar hasta un 40 por ciento de los problemas psicológicos. Por tanto, hay un campo inagotable.
¿Qué cree que se puede rescatar del psicoanálisis?
-No deberían perderse, por un lado, el confort, el recogimiento y la privacidad del consultorio, y por otro, la capacidad de escuchar, registrar y anotar bien. Y la importancia de los conflictos interpersonales en la clínica psicológica.
Hay psiquiatras que también son psicoanalistas…
-Claro que pueden ir de la mano psicoanálisis y psicofármacos. Casi no quedan profesionales que se nieguen a administrar fármacos. Lo usual es lo contrario: se prescriben como colchón o estabilizador adaptativo de partida, para facilitar los procesos de indagación y resolución psicoanalítica. Y se vehicula el falso mensaje de que los fármacos son tan sólo un coadyuvante que no remedia nada, y que el verdadero camino de superación de los problemas reside en la intervención analítica.
¿Por qué no tienen los psicofármacos buena prensa?
-Porque la química industrial no la tiene nunca en una sociedad inundada por la propaganda de productos naturales y ecológicos. Si la química se aplica, además, a corregir disfunciones en los repliegues del espíritu, peor.
¿Es adecuado que los médicos de familia sean los primeros dispensadores de psicofármacos?
-En general lo hacen bien. Son buenos profesionales y reciben formación continuada. ¿Quien recetaría si no los medicamentos para los trastornos del sueño o para los dolores crónicos, cuadros con un componente psicológico notabilísimo?
¿En qué puede ayudar la psicoterapia?
-Hay intervenciones psicoterapéuticas altamente efectivas, superiores a placebo y que resuelven de manera consistente trastornos psicológicos. El paradigma son las intervenciones conductales en los temores fóbicos, los rituales obsesivos y los déficits de habilidades sociales. Estoy convencido de que a medida que se vaya incrementando la sutileza y la especificidad de las intervenciones medicamentosas aumentarán las oportunidades para las terapias psicológicas ad hoc.

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