lunes, 5 de diciembre de 2011

LA DESCRIPCIÓN DE LAS ENFERMEDADES






CAPÍTULO 6

Clasificaciones en psiquiatría

J. E. Rojo Rodes, J. Vallejo Ruiloba

Fuente: http://www.psiquiatria.com



LA DESCRIPCIÓN DE LAS ENFERMEDADES
Para construir una clasificación es muy importante la descripción del objeto que debe ser clasificado.
La descripción se realiza mediante la selección de las
características sobresalientes que definen la enfermedad y que son individualizadas como atributos, aprovechando la semiótica y la semiología asociada a cada dominio.
La preocupación por describir los distintos trastornos se inicia en la época de Sydenham donde el
punto de interés cambia desde el enfermo a la enfermedad, las lamentaciones y confidencias del paciente pierden importancia y, del mismo modo, las apariencias o comportamientos pierden fuerza en favor
de signos creados por maniobras y de síntomas reconocidos por el “cuerpo neutro” de anatomofisiologistas. De esta forma se propicia el concepto de clasificación en Medicina, concretándose el modelo de
Sydenham: “reducir todas las enfermedades a determinadas especies con el mismo cuidado y la misma
precisión con que los botánicos cuidan sus plantas”.
En el siglo XVIII, dentro de la Ilustración y de la
Revolución francesa se prima la observación cuidadosa del enfermo. Desde el punto de vista teórico estamos en el empirismo, con una psiquiatría de orientación clínica y terapéutica que se apoya en la locura
como enfermedad mental, es decir, debida a una alteración funcional del sistema nervioso y regida por
las mismas leyes y factores que el resto de las enfermedades corporales. Tiene una orientación metodológica, un pensamiento causal (las pasiones) y una
doctrina terapéutica (el tratamiento moral). En esta
época surge Pinel que usa el modelo botánico,
aprendido de Boissier de Sauvages. Introduce el mé-
todo experimental y obtiene una clasificación y descripción empíricas, basadas en sus propias observa-

ciones, agrupando las enfermedades en clases, órdenes y géneros, apoyándose en los síntomas observados. La cuarta clase de enfermedades de la nosografía filosófica de Pinel contiene las “neurosis” o
“lesiones del sentimiento y del movimiento sin inflamación ni lesión de estructuras”.
La importante nosografía de Pinel recibió distintas críticas. Por un lado, hacia la falta de interés y
desconfianza que muestra Pinel por la definición intensional del concepto, es decir, del “qué”. También
se critica la nueva condición del síntoma, apreciado
más como símbolo que como hecho; introduciéndose conceptos elaborados, complejos y abstractos,
que no corresponden directamente a las percepciones observadas sino a algunos juicios sobre situaciones, muchas veces ambiguas y cambiantes. Por otro
lado, se critica la definición de especie, donde Pinel
incluía datos no semiológicos como sexo y constitución física, dando importancia a la categorización de
los depresivos.
A partir de este momento la nosografía de Pinel
sufre modificaciones, fundamentadas en la mejora o
variación de una observación psiquiátrica aún no definida y que lleva a repetidos aumentos del número
de subclasificaciones y de elementos constituyentes.
De esta forma, Esquirol modifica la clasificación de
Pinel, aunque no su metodología. Divide la demencia
en idiocia y demencia en sí y crea el grupo de las
monomanías. La clasificación de Esquirol tuvo vigencia hasta mediados del siglo XIX, sufriendo varias
modificaciones, como la división del concepto de demencia y de las monomanías, a la vez que se perfilaban otros conceptos.
A partir de aquí la psiquiatría se vuelca en las clasificaciones y su nomenclatura se enriquece y complica progresivamente. Como muestra del interés
despertado por la nosografía en la primera parte del
siglo XIX podemos citar el trabajo del psiquiatra ruso
Lebedev (7) que publica un análisis crítico de las clasificaciones disponibles, intentando escoger la mejor
de aquellas que estaban de moda. Sin embargo apenas hay avances en la definición general del concepto, ni existen criterios que organizen las distintas enfermedades, descritas con diferentes amplitudes y
puntos de vista.







LOS CRITERIOS Y REGLAS DE CLASIFICACIÓN
Una verdadera nosografía sería aquella al estilo
de las de Linneo o Mendelejew, es decir siguiendo
una ley o criterio de organización. Este criterio debe
subdividir, según sus distintos valores, el concepto
global en grupos de conceptos. A su vez los grupos
conseguidos son subdivididos, por nuevos criterios,
en conjuntos cada vez más pequeños. De esta forma
las diferentes entidades o enfermedades son agrupadas en especies, familias o géneros ségun los criterios más útiles. Los criterios superiores de una clasifi-

cación serán aquellos más relevantes para agrupar
familias de trastornos y no aquellos propios de cada
subgrupo o entidad diagnóstica. Los niveles, valores
o categorías de un criterio relevante señalarán a distintos grupos de trastornos, por lo que se debe evitar
la dispersión de información y eliminar el “ruido”,
inútil para clasificar y describir.
El avance nosográfico más importante, en ese
sentido, ocurre en la segunda mitad del siglo XIX.
Tiene lugar el planteamiento del concepto científiconatural de la enfermedad mental; la clarificación, ordenación y sistematización de la clínica psiquiátrica y
la introdución de las técnicas de la investigación científica en el campo de la Psiquiatría, iniciándose la
búsqueda de los atributos más relevantes que conduzcan a una nosografía ordenada y científica. Griessinger afirma que las enfermedades psíquicas no son
más que “enfermedades del cerebro”, dentro de un
punto de vista neuropsiquiátrico que da lugar a intentos de interpretación anatomoclínica de las enfermedades mentales, como los protagonizados por
Westphal, Meynert y Wernicke. La esperanza en
descubrir causas específicas para los trastornos mentales impulsó un gran trabajo de observación e investigación que, aunque fracasó en su búsqueda principal, ayudó al desarrollo y definición de los distintos
trastornos, desapareciendo el concepto de “especie
clínica” y detallándose la exploración. El nacimiento
de la escuela clínica alemana es el momento de mayor interés. Sus miembros fueron describiendo síndromes que por su sintomatología, forma de aparición y curso evolutivo, parecían tener autonomía
clínica y no podían ser explicados según la noción de
“formas de estado”. El núcleo central fueron las llamadas psicosis endógenas. Se pueden considerar
trabajos pioneros a los de Falret o Baillarger, que
con su “folie à double forme” describe una unidad
nosológica de rango superior al síndrome.
La negatividad de los hallazgos anatomoclínicos
afectó a la Escuela clínica, que desplazó su interés
hacia la definición y descripción de los trastornos, a
los que dio la consideración de evento, resaltando su
dimensión temporal y tomando la forma del curso
clínico y el modo de terminación como criterios de
clasificación...



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