"Cuando buscas el cielo un arco iris de colores imagino,y me fío de la belleza de los corazones,un guerrero estrepitoso con lanzas de Dioses.¿Porqué me quieres así?,tan pequeño,tan delator y misterioso,juegan justos a través de los años,yo me levanto y me voy,a otra realidad,para dirigir mi propia mirada,sin herir a otros,que me dieron vida" Autor:Medina's poemas
domingo, 13 de febrero de 2011
"El miedo a lo inexplicado"
Cuento / Narrativa de terror
La música de Erich Zann,el oscuro mundo de H.P. Lovecraft
El miedo a lo inexplicado
Howard Phillips Lovecraft (1890-1937) ha sido uno de los escritores de horror y ciencia ficcción más influyentes del siglo XX. Injustamente ignorado en vida, fue después de su muerte cuando el empuje de algunos amigos y colegas, empeñados en difundir su obra a cualquier precio, consiguió que se le prestara a su narrativa la atención que merecía.
Hoy en día Lovecraft ocupa en el canon de la literatura norteamericana un lugar preeminente: recientemente ha visto publicada parte de su obra en la "Library of America" - una especie de "salón de la fama" literario- donde comparte catálogo con genios de la talla de James Fenimore Cooper, F. Scott Fitzgerald, Herman Melville, Mark Twain o Edgar Allan Poe (además de algún ex-presidente de los EUA)
Biografía de H. P. Lovecraft | Bibliografía de H. P. Lovecraft
EL PENSAMIENTO POLÍTICO DE LOVECRAFT
Por Sergio Armisén (08/10/2007)
A pesar de que ciertos aspectos ideológicos del pensamiento Lovecraftiano –ateísmo, mecanicismo cósmico, compromiso artístico—permanecerán virtualmente inalterados a lo largo de su trayectoria vital, no puede decirse lo mismo de su pensamiento político. El intransigente y reaccionario que adivinamos detrás de los escritos publicados en The Conservative (el magacín que publicó durante sus primeros escarceos con el mundo del periodismo amateur) poco o nada tiene que ver con el pensador relativista que terminó siendo, especialmente durante los últimos años de su vida. Dicha evolución política verá su culminación literaria en el “Lovecraft utopista”; el creador de sociedades no-humanas que tan densamente describe en dos de sus obras cumbre: “En las Montañas de la Locura” y “En la Noche de los tiempos.” Este artículo intentará bosquejar –aunque sea de manera esquemática—la evolución del pensamiento político de un Lovecraft al que le tocó ser testigo de una época especialmente turbulenta en el terreno de las ideologías.
Ellery, Profesor
(personaje)
Vocablo original: Professor Ellery
Acepciones o erratas comunes : Ellery, Profesor Elle.
Fuente: The Lovecraft Lexicon: A Reader's Guide to Persons, Places and Things in the Tales of H.P. Lovecraft por Anthony Pearsall (New Falcon Publications - 2005)
Profesor de química de la Universidad Miskatónica. Analiza el objeto metálico que le ha traido Walter Gilman -quien a su vez lo trajo consigo desde una especie de "sueño" extradimensional- descubriendo que el objeto esta compuesto de partículas de platino, hierro, telurio y tres metales "desconocidos, de gran peso atómico, los cuales fueron imposibles de clasíficar por métodos qúimicos". Expone el misterioso objeto en el museo de la Universidad.
Esta biografía es una traducción de la aparecida en el H.P. Lovecraft Centennial Guidebook. Escrita por S.T. Joshi uno de los mayores estudiosos de Lovecraft. Estamos trabajando en mejorar la redacción y la traducción del texto.
La familia Phillips-Lovecraft
Howard Phillips Lovecraft nació a las 9 de la manaña de 20 de Agosto de 1890 en la casa familiar del 454 (entonces numerado 194) de Angell Street en Providence, Rhode Island. Su madre era Sarah Susan Phillips Lovecraft, que podía remontar sus ancestros hasta la llegada de un tal George Phillips a Massachussets en 1630. Su padre fue Windfield Scott Lovecraft, una viajante de Gorham and Company, joyeros de Providence. Cuando el joven Howard tenía tres años su padre sufrió un colapso nervioso en una habitación de hotel en Chicago, siendo ingresado en el Hospital Butler, donde permaneció hasta su muerte el 19 de Julio de 1898. Aparentemente Lovecraft fue informado de que su padre estaba paralizado y comatoso durante este periodo, siendo la realidad que su padre murió de paresia, una variante de la sífilis...(...)
Las vías de que se sirve la literatura de terror para inquietar a sus lectores son variados. Puede tratar de hacerlo por medio de seres sobrenaturales, como el Drácula de Bram Stoker, o mediante siniestros psicópatas, como el Hyde de Robert Louis Stevenson. Pero lo que verdaderamente despierta el pánico entre el público son los sucesos inexplicables.
Se trata de lo que se ha denominado ‘terror materialista‘ –como oposición al ‘espiritualista‘ protagonizado por fantasmas- y en su desarrollo, probablemente, el gran maestro haya sido el norteamericano Howard Phillips Lovecraft (Providence, Rhode Island, 1890-1937).
Whipple V.Buren Phillips inició al jóven Lovecraft en la historia gótica de terror.Foto izq.
Reconocido heredero de su compatriota Edgar Allan Poe, Lovecraft era, además una personalidad singular. Enfermizo desde la infancia y dotado de una desbordada imaginación, con el tiempo su equilibrio psicológico se vería alterado, desarrollando una serie de miedos patológicos que, curiosamente, coinciden con su etapa de esplendor literario.
Su extraordinaria obra constituye todo un hito en la narrativa de terror. Partiendo de los elementos tradicionales del género, lo renovó por completo, introduciendo en él elementos de lo que más tarde se llamaría ciencia-ficción. Así, en la serie sobre los mitos de Cthulhu, verdadera galería de criaturas sobrenaturales que parecen llegadas de otro planeta pero que muy bien podrían pertenecer a un mundo demoníaco oculto al común de los seres humanos.
Pero, en otros casos, busca inquietar al público con fenómenos anormales que nunca se sabe muy bien si proceden de una realidad paralela o, simplemente, son experiencias oníricas de sus protagonistas.
Buena muestra de éstos últimos es La música de Erich Zann, un relato envuelto en la neblina de lo paranormal en el más estricto sentido del término, es decir, próximo a lo normal pero inexplicable.
El protagonista nos cuenta como hace unos años vivía en una casa de huéspedes situada en la Rue d’Auseill, una calle que no ha vuelto a encontrar ni siquiera en los planos. Allí se alojaba un viejo violinista misterioso de nombre Erich Zann que, cuando tañía su instrumento, parecía desencadenar sucesos sobrenaturales.
Pero, en todo el relato, no hallaremos criaturas monstruosas ni seres fantasmales. Tan sólo la descripción de unos hechos inexplicables relatada con el magistral e inquietante estilo de Lovecraft provoca el miedo en el lector. Y es que pocas veces se ha logrado en la historia de la literatura una prosa tan tensa y apropiada para el terror como la del norteamericano, verdadero maestro del género.
La música de Erich Zann
[Cuento. Texto completo]
H.P. Lovecraft
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He examinado varios planos de la ciudad con suma atención, pero no he vuelto a encontrar la Rue d´Auseil. No me he limitado a manejar mapas modernos, pues sé que los nombres cambian con el paso del tiempo. Muy al contrario, me he sumergido a fondo en todas las antigüedades del lugar y he explorado en persona todos los rincones de la ciudad, cualquiera que fuese su nombre, que pudiera responder a la calle que en otro tiempo conocí como Rue d´Auseil. Pero a pesar de todos mis esfuerzos, no deja de ser una frustración que no haya podido dar con la casa, la calle o siquiera el distrito en donde, durante mis últimos meses de depauperada vida como estudiante de metafísica en la universidad, oí la música de Erich Zann.
Que me falle la memoria no me sorprende lo más mínimo, pues mi salud, tanto física como mental, se vio gravemente trastornada durante el período de mi estancia en la Rue d´Auseil y no recuerdo haber llevado allí a ninguna de mis escasas amistades. Pero que no pueda volver a encontrar el lugar resulta extraño a la vez que me deja perplejo, pues estaba a menos de media hora andando de la universidad y se distinguía por unos rasgos característicos que difícilmente podría olvidar quien hubiese pasado por allí. Lo cierto es que jamás he encontrado a nadie que haya estado en la Rue d´Auseil...(...)
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