sábado, 10 de diciembre de 2011

Depresión,adicción y riesgo de cardiopatías y diabetes







Artículo original

enfermedades mentales / Depresión / comorbilidad
9/dic/2011 Psiquiatria.com. 2011;15

Depresión y adicción

(Depression and addiction.)

Resumen

Es bien conocida la interrelación entre depresión y conducta adictiva: un sujeto depresivo puede recurrir al consumo de sustancias como medio paliativo. También es habitual que sujetos con trastorno por uso de sustancias padezcan depresión como patología asociada. El trabajo tenía por objetivo filiar y caracterizar la depresión asociada al consumo de drogas determinando la epidemiología de la misma comparando datos propio con otros procedentes de una revisión bibliográfica ajustada. También se pretendía examinar la utilidad de dos de las escalas más utilizadas para la depresión comparando los resultados de las escalas de Hamilton y Beck para la depresión entre los grupos control y diana. Finalmente se hace una descripción empírica de las características clínicas diferenciales entre la depresión convencional y la del adicto. Las principales conclusiones del estudio son: La prevalencia de depresión entre la población adicta es alta y tiende a seguir aumentando. A lo largo de los últimos 3 años la media de adictos con depresión se sitúa en torno al 18% (14% varones y 26% mujeres). En nuestra experiencia la escala de Hamilton para la depresión es útil y tiene capacidad discriminativa. No obtuvimos resultados significativos con la escala de Beck. Respecto al diagnóstico diferencial entre la depresión convencional y la del adicto, la disforia es el principal síntoma. Además tiene valor predictivo, pues su presencia mantenida es el principal indicador de abandono terapéutico. (La disforia consiste en un estado de malestar mantenido con ánimo apagado, irritabilidad y desasosiego). Otros síntomas serían una mayor carga de impulsividad y ansiedad, un insomnio más anárquico refractario y una anhedonia más nerviosa y displacentera (la del depresivo convencional es desmotivacional y abúlica). Por último cabe reseñar que los adictos tienen una mayor tolerancia farmacológica y una tasa más elevada de resistencia al tratamiento biológico.

Abstract

The relationship between depression and addictive behavior is well known: a depressed subject may resort to substance abuse as a means of palliation. It is also common for individuals with substance use disorders to suffer from depression as an associated pathology. The present work was intended to characterize depression associated with drug use, determining its epidemiology and comparing our own data with previous data extracted from a literature review. It was also intended to examine the utility of two of the most widely used scales for depression by comparing the results of the Hamilton and Beck scales for depression between control and target groups. Finally, an empirical description of the differential clinical characteristics between conventional depression and that of the addict is provided. Conclusions: The prevalence of depression among the addict population is high and tends to increase further. Over the last three years the average percentage of addicts with depression was around 18% (14% male and 26% female). In our experience, the Hamilton scale for depression is useful and has discriminative power. No significant results were obtained with the Beck scale. Regarding differential diagnosis, dysphoria is the main differential symptom. In addition, it has predictive value as its sustained presence is the main indicator of therapeutic abandonment. (Dysphoria refers to a constant state of unwellness, sorrow, irritability and restlessness). Additional symptoms that characterize addiction associated depression are a greater degree of impulsiveness and anxiety. Insomnia is also more refractory and anarchic. Anhedonia is different, more deprivative and less motivational. Finally it is worth noting that addicts have a higher pharmacological tolerance and a higher rate of resistance to biological treatment.







Noticias

enfermedades mentales / Depresión / comorbilidad
29/may/2009 PSYCHOSOMATIC MEDICINE. 2009 May;71:410-416.

La depresión podría provocar la acumulación de grasa abdominal al aumentar la producción de cortisol y ciertas sustancias inflamatorias.


Resumen

La bibliografía recoge numerosas evidencias en las que se constata que la depresión eleva el riesgo de cardiopatía, una relación en el que no se han identificado las causas. Recientemente un estudio de investigadores de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos)) vincula la depresión con una acumulación de grasa visceral, lo que aumenta mucho más el riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes que la grasa subcutánea en esa zona, que es más evidente.

En el trabajo, llevado a cabo con 409 mujeres de mediana edad, el equipo halló una relación sólida entre los síntomas depresivos y la grasa abdominal, según estudios por tomografía computarizada. Esa asociación fue mayor en las mujeres con obesidad y sobrepeso.

Así, las mujeres con alto resultado en una escala estandarizada para medir la depresión tenían un 24,5% más grasa visceral que aquellas con resultados más bajos. Los resultados fueron los mismos para las mujeres afroamericanas y las blancas. Por el contrario, el equipo no halló una relación entre los síntomas depresivos y la grasa subcutánea.

La asociación entre la depresión y la grasa visceral se mantuvo aún tras considerar otras variables que podrían explicar la acumulación de ese tipo de grasa, como el nivel de actividad física. La razón para esta asociación podría explicarse, según concluyen los autores, porque “la depresión podría provocar la acumulación de grasa abdominal al aumentar la producción de cortisol y ciertas sustancias inflamatorias”.

Ahora, como explica la Dra. Susan A. Everson-Rose, investigadora principal del estudio, “nuestros resultados sugieren que la adiposidad central o grasa abdominal es una vía importante por la que la depresión favorece el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes. Los síntomas depresivos estuvieron claramente asociados con los depósitos de grasa visceral, que es la que produce enfermedad”.

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