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Fuente: http://www.psiquiatria.com
Desarrollan una táctica para retrasar la aparición de trastornos relacionados con la vejez.
Investigadores de la Clínica Mayo en Rochester (Estados Unidos) han demostrado que al eliminar las células que se van acumulando con la edad se evitaría o retrasaría la aparición de trastornos y discapacidades vinculadas al envejecimiento, según los resultados de un estudio que publica la revista 'Nature'.
Dicho estudio, realizado en ratones modificados genéticamente, ofrece las primeras pruebas de que hay células "ociosas" que pueden contribuir al envejecimiento, lo que ofrece un medio para ayudar a la gente a mantenerse sana según avanza en edad.
"Al atacar estas células y lo que producen, algún día se podrá romper la conexión entre los mecanismos del envejecimiento y la predisposición a enfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares, cáncer y demencia", según asegura el director del Centro Robert y Arlene Kogod de Mayo para el Envejecimiento, James Kirkland.
Hace cinco décadas, los científicos descubrieron que las células atravesaban por una cantidad limitada de divisiones antes de dejar de dividirse. Cuando llegan a ese punto, alcanzan un estado de limbo, conocido como senescencia celular, en el cual ni mueren ni continúan multiplicándose.
Esto favorece que con el tiempo se produzcan factores que dañan otras adyacentes y ocasionan inflamación en los tejidos.
Se cree que este destino alterno de las células es un mecanismo que previene el crecimiento de células fugitivas y la dispersión del cáncer, ya que, aunque el sistema inmune elimina regularmente estas células disfuncionales, con el tiempo se vuelve menos eficaz para realizar ese "tipo de aseo".
Como resultado de esto, en la vejez se acumulan células senescentes y saber cómo y cuándo causan estas células las enfermedades y disfunciones vinculadas a la vejez ha sido una de las principales preguntas abiertas en el campo del envejecimiento.
Sin embargo, y según explica el biólogo molecular, Jan van Deuren, autor del estudio, con este hallazgo "se demuestra que en el cuerpo humano se acumulan células que ocasionan trastornos y molestias vinculados al envejecimiento.
El doctor Van Deursen y su equipo diseñó genéticamente a los ratones para que sus células senescentes alojaran a una molécula llamada 'caspasa 8' que sólo se activa ante la presencia de un fármaco que no ejerce ningún efecto sobre las células normales.
Cuando se exponía a los ratones transgénicos a este fármaco, la 'caspasa 8' se activaba en las células senescentes, perforando hoyos en la membrana celular para eliminar específicamente a las células senescentes.
Los científicos descubrieron que la eliminación permanente de células senescentes retrasó la aparición de trastornos vinculados a la vejez, como cataratas y pérdida o debilidad muscular. Lo más importante, explican los autores, fue la demostración de que el retiro de esas células puede hacer más lento el avance de un trastorno vinculado a la vejez ya establecido.
Dicho estudio, realizado en ratones modificados genéticamente, ofrece las primeras pruebas de que hay células "ociosas" que pueden contribuir al envejecimiento, lo que ofrece un medio para ayudar a la gente a mantenerse sana según avanza en edad.
"Al atacar estas células y lo que producen, algún día se podrá romper la conexión entre los mecanismos del envejecimiento y la predisposición a enfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares, cáncer y demencia", según asegura el director del Centro Robert y Arlene Kogod de Mayo para el Envejecimiento, James Kirkland.
Hace cinco décadas, los científicos descubrieron que las células atravesaban por una cantidad limitada de divisiones antes de dejar de dividirse. Cuando llegan a ese punto, alcanzan un estado de limbo, conocido como senescencia celular, en el cual ni mueren ni continúan multiplicándose.
Esto favorece que con el tiempo se produzcan factores que dañan otras adyacentes y ocasionan inflamación en los tejidos.
Se cree que este destino alterno de las células es un mecanismo que previene el crecimiento de células fugitivas y la dispersión del cáncer, ya que, aunque el sistema inmune elimina regularmente estas células disfuncionales, con el tiempo se vuelve menos eficaz para realizar ese "tipo de aseo".
Como resultado de esto, en la vejez se acumulan células senescentes y saber cómo y cuándo causan estas células las enfermedades y disfunciones vinculadas a la vejez ha sido una de las principales preguntas abiertas en el campo del envejecimiento.
Sin embargo, y según explica el biólogo molecular, Jan van Deuren, autor del estudio, con este hallazgo "se demuestra que en el cuerpo humano se acumulan células que ocasionan trastornos y molestias vinculados al envejecimiento.
El doctor Van Deursen y su equipo diseñó genéticamente a los ratones para que sus células senescentes alojaran a una molécula llamada 'caspasa 8' que sólo se activa ante la presencia de un fármaco que no ejerce ningún efecto sobre las células normales.
Cuando se exponía a los ratones transgénicos a este fármaco, la 'caspasa 8' se activaba en las células senescentes, perforando hoyos en la membrana celular para eliminar específicamente a las células senescentes.
Los científicos descubrieron que la eliminación permanente de células senescentes retrasó la aparición de trastornos vinculados a la vejez, como cataratas y pérdida o debilidad muscular. Lo más importante, explican los autores, fue la demostración de que el retiro de esas células puede hacer más lento el avance de un trastorno vinculado a la vejez ya establecido.
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