jueves, 12 de enero de 2012

La estimulación cerebral profunda es útil en depresión.







PSIQUIATRÍA/Área Científica/Especialidades.



EN 8 PACIENTES CON DEPRESIÓN MAYOR REFRACTARIA

FUENTE: HTTP://PSIQUIATRIA.DIARIOMEDICO.COM

La estimulación cerebral profunda es útil en depresión.

Investigadores del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, de Barcelona, han publicado enJournal of Neuropsychopharmacology resultados en ocho pacientes con depresión mayor refractaria con electrodos bilaterales conectados de manera permanente a un neuroestimulador.


Victor Pérez Sola y Dolors Puigdemont Campo,del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo.(Rafa M.Marín)
La colocación estereotáctica intracerebral de electrodos bilaterales conectados de manera permanente a un neuroestimulador es útil en el tratamiento de la depresión mayor refractaria. Un equipo del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, de Barcelona, publican sus resultados en ocho pacientes con esta técnica en el último número deJournal of Neuropsychopharmacology. El proyecto ha sido financiado por el FIS y el Cibersam. Comenzó en 2007, con la intervención del primer enfermo mediante la misma técnica quirúrgica que se utiliza en enfermedad de Parkinson, dolor neuropático y trastornos del movimiento graves, aunque implantando los electrodos en otras zonas del cerebro. Está indicada para aquéllos que no han respondido al tratamiento antidepresivo.
"Normalmente son enfermos crónicos, que llevan años con mala calidad de vida. La técnica se propuso hace cinco años para este tipo de enfermos y ya se han publicado cinco series de pacientes, con datos muy parecidos a los nuestros: entre el 50-60 por ciento de ellos mejoran con este tipo de técnicas, lo que puede considerarse un éxito, porque son muy resistentes", ha explicado Víctor Pérez, director de la Unidad de Psiquiatría de la Santa Cruz y San Pablo y coautor del artículo.

"El enfermo está estimulado de forma crónica: hay pacientes estimulados desde hace más de cuatro años, con buena tolerancia y sin ningún problema"







La técnica consiste en la colocación de electrodos en Cg25, el área subcallosa del cíngulo. Tras efectuar una resonancia y localizar esta zona, se realizan unos trépanos de un centímetro de diámetro y se colocan los electrodos por vía estereotáctica con la ayuda de electrofisiología. Los dispositivos están conectados por vía subcutánea a una pila, situada habitualmente en el abdomen, que envía unos 120 impulsos de 4,5 voltios a cada uno de los dos hemisferios cerebrales.
"El enfermo está estimulado de forma crónica: hay pacientes estimulados desde hace más de cuatro años con muy buena tolerancia y sin ningún problema. Los enfermos se quejan de molestias del cable subcutáneo, aunque el único problema relativamente importante es que las baterías duran un año y pasado ese plazo deben cambiarse mediante una pequeña intervención quirúrgica abriendo el bolsillo del abdomen".
También en AlzheimerHasta ahora, los cirujanos de este centro han intervenido a un total de 150 enfermos mediante esta técnica, diez de ellos con depresión. Los esfuerzos se dirigen ahora a ampliarlo a trastornos de la conducta alimentaria, trastorno obsesivo compulsivo y, mediante datos todavía preliminares, a enfermos de Alzheimer. El coste de cada intervención ronda los 25.000 euros por lo que, en su opinión, la técnica está indicada para casos muy seleccionados.
"En realidad, la técnica inhibe una zona del cerebro, manipulando la función de una región muy pequeña, en torno a un centímetro cúbico, que no puede realizarse con fármacos o con técnicas más antiguas como el electrochoque. La mayor ventaja es que no se lesiona el cerebro: hasta ahora, en lesiones mentales graves como depresión o trastorno obsesivo compulsivo se entraba en el cerebro y se cortaban los circuitos, por lo que el paciente tenía una lesión de por vida. Esta es una lesión reversible en la que puede manejarse, mediante la estimulación, tanto su intensidad como el tamaño de la lesión que quiere inducirse eléctricamente".  
(International Journal of Neuropsychopharmacology DOI:10.1017/S1461145711001088).
El enfermo está estimulado de forma crónica: hay pacientes estimulados desde hace más de cuatro años, con buena tolerancia y sin ningún problema.

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