sábado, 22 de octubre de 2011

Recomendaciones sobre el empleo de psicofármacos en madres lactantes











Lactancia para psiquiatras:


Recomendaciones sobre el empleo de

psicofármacos en madres lactantes

Ibone OLZA FERNÁNDEZ*; Elena SERRANO DROZDOWSKYJ*;

Carmen MUÑOZ LABIÁN**

RESUMEN

El tratamiento de los trastornos mentales maternos durante la lactancia presenta una

complejidad añadida: el posible paso del psicofármaco a la leche y su efecto en el lactante.

En la práctica clínica, la decisión de iniciar tratamiento psicofarmacológico a

menudo conlleva el destete temprano, privando a la madre y al bebé de los efectos

beneficiosos de la lactancia. Entre otros, la lactancia puede ser un instrumento

facilitador de la recuperación psíquica y del establecimiento del vínculo maternofilial.

Un mejor conocimiento de la farmacocinética en la lactancia y de los

psicofármacos que pueden ser utilizados permitiría mantener la lactancia incluso

cuando la madre precisa tratamiento farmacológico. En el presente trabajo se revisan

y comentan los estudios más recientes publicados sobre el uso de psicofármacos en

lactancia. El objetivo es establecer pautas que puedan orientar a los psiquiatras a la

hora de establecer un plan de tratamiento que permita continuar con la lactancia. Se

presta especial atención a la utilización de antidepresivos, ansiolíticos y estabilizadores

del ánimo, puesto que son los psicofármacos que con mayor frecuencia se

prescriben en madres puérperas. La decisión de iniciar tratamiento psicofarmacológico

en madres lactantes debería ser tomada siempre por un equipo multidisciplinar

(formado por médicos psiquiatras y pediatras y otros profesionales de

enfermería y salud mental) que garantice el seguimiento de la díada madre-hijo y el

tratamiento psicoterapéutico indicado. En cualquier caso, la utilización de psicofármacos

no debería ser nunca el único abordaje terapéutico de los trastornos

mentales del puerperio.

PALABRAS CLAVE: Lactancia materna. Psicofármacos. Lactante. Posparto.

* Psiquiatra. Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda.

** Neonatóloga. Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda.

Correspondencia: Dra. Ibone Olza Fernández. Servicio de Psiquiatría. Hospital Universitario Puerta de Hierro

Majadahonda. Manuel de Falla, 1. 28222 Majadahonda, Madrid (España).

Correo electrónico: ibone.olza@salud.madrid.org

RECIBIDO: 21-1-2011 ACEPTADO: 14-3-2011
 
INTRODUCCIÓN


El puerperio es un momento de vulnerabilidad psíquica que puede cursar con cuadros

psicopatológicos específicos como son los trastornos afectivos del posparto y las

psicosis puerperales. En muchos de estos casos puede ser necesario el tratamiento

farmacológico durante la lactancia. Sin embargo, el temor a que se les recomiende

destetar para recibir tratamiento con psicofármacos hace que muchas madres que

amamantan demoren el consultar o que eviten el tratamiento. Igualmente, el

desconocimiento de los beneficios de la lactancia y de los estudios recientes sobre la

farmacocinética en la lactancia motiva que con frecuencia los psiquiatras o los médicos

de atención primaria recomienden el destete temprano para que la madre pueda iniciar

tratamiento psicofarmacológico. Probablemente esta excesiva prudencia esté motivando

muchos destetes que se podrían evitar.

Los datos más recientes señalan que la gran mayoría de psicofármacos son seguros

durante la lactancia. La Agencia Federal de Medicamentos estadounidense (FDA) está

revisando sus recomendaciones en este sentido con el fin de mejorar la información que
 
 
se facilite en los prospectos sobre el uso de fármacos en la lactancia. Entre las


modificaciones se pretende hacer hincapié en los beneficios de la lactancia materna

incluyéndolos de forma detallada en todos los prospectos.1,2

Recomendar tratamiento psicofarmacológico para una madre que amamanta a su

bebé es una decisión compleja. Las indicaciones que motivan la necesidad de dichos

tratamientos son múltiples y no es nuestro objetivo revisarlas en detalle. Simplemente

las resumiremos en tres grandes grupos, que creemos se corresponden con las

entidades nosológicas más frecuentes en el posparto: las depresiones posparto, las

psicosis puerperales y los trastornos de ansiedad. A esto se añade la profilaxis de las

psicosis puerperales en casos de madres que ya han padecido un episodio previo o que

están diagnosticadas de trastorno bipolar.

El objetivo del presente trabajo es ofrecer información práctica y actualizada sobre

el manejo de psicofármacos durante la lactancia.

LAS VENTAJAS DE LA LACTANCIA DESDE UNA PERSPECTIVA

NEUROBIOLÓGICA

Los beneficios de la lactancia materna para la salud del bebé y de la madre han sido

ampliamente demostrados. Tanto es así, que la Academia Americana de Pediatría

recomendó hablar de los riesgos de la lactancia artificial en vez de las ventajas de la

lactancia materna. No amamantar conllevaría riesgos objetivos de morbimortalidad

para la madre y su hijo.3 La alimentación del bebé con sucedáneos de leche materna se

asocia a corto plazo con una peor adaptación intestinal, un aumento de la incidencia y

duración de procesos infecciosos, mayores tasas de hospitalización y mayor riesgo de

mortalidad postneonatal. A medio y largo plazo se relaciona con dificultades en la

alimentación, peor desarrollo neurológico, incremento del riesgo de obesidad, cáncer,

enfermedades autoinmunes y alérgicas.3 Para una revisión detallada de los riesgos de la

lactancia artificial puede consultarse el Manual de Lactancia Materna publicado por la

Asociación Española de Pediatría. En la madre, la lactancia artificial se asocia con una

peor involución uterina, peor recuperación del peso pregestacional, mayor incidencia

de artritis reumatoide y aumento del riesgo de algunos tipos de cáncer y diabetes.3

Algunos de los beneficios de la lactancia se pueden comprender desde una

perspectiva neurohormonal. Las dos principales hormonas involucradas en el

amamantamiento son la prolactina y la oxitocina. La prolactina, además de intervenir

directamente en la producción de la leche materna, desempeña un papel central en la

adaptación del cerebro de la madre.4 Produce los cambios que dan lugar a la conducta

maternal,5 o dicho de otra forma: la prolactina es una hormona que facilita el

maternaje. Probablemente a las madres que tienen niveles altos de prolactina por la

lactancia les resulte más fácil y sencilla la crianza. La prolactina tiene además un efecto

ansiolítico, interviniendo en la regulación del eje HPA. Las madres que amamantan

puntúan más bajo en las escalas de estrés, ansiedad y depresión que las que no lo

hacen, y existe una correlación con los niveles de prolactina sérica.6 Este efecto
 
 
ansiolítico de la lactancia se ha descrito como especialmente importante en madres con


trastornos afectivos.7 La prolactina también promueve que la madre desarrolle

conductas de protección. Por ejemplo, agudiza la capacidad discriminativa auditiva

materna, con lo que facilita la vigilancia del recién nacido.

Por su parte, la oxitocina favorece la eyección de leche materna. Además, media en

el vínculo madre-hijo: con cada pico de oxitocina se produce un sentimiento amoroso,

lo que favorece que la madre desee y busque la cercanía de su bebé.8 Asimismo

aumenta los sentimientos de confianza y bienestar maternos,9 lo que incrementa su

autoestima. Tiene además un importante poder ansiolítico, mejora la memoria social y

fomenta el interés por las relaciones sociales. Esto evitaría la soledad durante el

puerperio y en general contribuye al mejor humor.10 La oxitocina tiene también

importantes efectos en el neurodesarrollo del lactante: la hormona materna se excreta

en la leche y produce los mismos efectos en el cerebro del lactante, es decir, le produce

relajación, serenidad, un mayor interés por las relaciones sociales y mejora la memoria

social. Estos efectos de la oxitocina probablemente medien en el hallazgo de que la

lactancia mejora el vínculo afectivo y disminuye el riesgo de maltrato infantil.11

En resumen: ante una madre que está amamantando, tenemos que tener presente

que la lactancia facilita la crianza y tiene un efecto ansiolítico. En cambio, el destete

temprano podría dificultar el vínculo y la crianza y empeorar la ansiedad.
 
 
Tabla 1 .Puntos clave para el tratamiento durante el puerperio
 
El puerperio es un periodo de especial vulnerabilidad psíquica


Puede ser el momento de inicio o descompensación de un trastorno mental

El bienestar materno es fundamental para el adecuado desarrollo del bebé

La lactancia favorece el bienestar materno y la salud del lactante

El estado mental materno es el factor determinante para recomendar el inicio

de un tratamiento farmacológico

La mayoría de los psicofármacos son seguros para la lactancia

Una adecuado monitorización (observación) minimizaría los posibles efectos

adversos

Para el adecuado tratamiento de la diada madre-bebé es necesario un equipo

multidisciplinar
 
 
Consideraciones antes de prescribir


La elección de un tratamiento farmacológico para madres lactantes debe derivarse de

un análisis individualizado de los riesgos y beneficios de cada opción terapéutica. Se

deben considerar por lo tanto los riesgos de no tratar la enfermedad materna, tanto

para la madre como para el bebé, los riesgos y beneficios del tratamiento específico y

los riesgos y beneficios de la lactancia para la díada madre-bebe.16

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